EDUCACIÓN
Razones para estudiar alemán sin sucumbir en el intento
El aprendizaje del idioma alemán se consolida en el mundo. Estudiar o trabajar en Alemania son las principales motivaciones.
Un idioma que suena a “regaño”. Un idioma “áspero”, difícil, casi insondable. Y de pronunciación poco menos que imposible. Así suele verse al idioma alemán. Pero también, como un desafío a conquistar. Se lo trata con respeto y admiración. Se sabe que es la lengua de Goethe, Kafka, Mozart, Bach, Beethoven y tantos otros.
Lo cierto es que cada vez más personas eligen estudiar alemán como idioma extranjero. En la actualidad lo hacen más de 15 millones de estudiantes alrededor del globo, según el último relevamiento oficial de datos publicado este año por el Ministerio de Relaciones Exteriores germano.
Latinoamérica no es la excepción y en la gran mayoría de los países de la región se observa un crecimiento en la demanda. Especialmente en México, donde la última medición constató un aumento respecto a 2015 de más del 14 por ciento en el total de alumnos.
“Los estudiantes se acercan al alemán principalmente porque tienen el objetivo de estudiar en Alemania o porque quieren ampliar sus horizontes”, afirma Rafael Deschka, director del Departamento de Enseñanza para América del Sur del Instituto Goethe, en entrevista con DW.
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Trabajar en Alemania
En este sentido: “La meta de conseguir un trabajo en Alemania es un factor cada vez más relevante”, complementa Deschka al hablar sobre las motivaciones de los alumnos de alemán en el continente.
De hecho, desde este año rige en Alemania la ley de inmigración para personal especializado, que busca facilitar la llegada al país de trabajadores calificados provenientes de fuera de la Unión Europea. Y Brasil y Colombia figuran entre los principales países de origen de este codiciado personal.
Mitos y realidades
Pero las razones para estudiar el idioma son de lo más variadas: “Estudio alemán porque hay mucha producción académica y avances en el ámbito del activismo sexodiverso y la lingüística, que me interesan muchísimo”, dice a DW Daniel Claveli, de La Guaira, Venezuela.
Y mucho depende del ámbito del que se trate. “En la facultad, el objetivo es claramente poder leer a los autores en el idioma original. Y no pocos querrían hacer un posgrado en Alemania”, sostiene Juliana Fischbein, profesora de alemán de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y del Instituto Goethe de la capital argentina.
En términos generales, “lo que más sobresale es la admiración por la cultura alemana”, afirma Fischbein en entrevista con DW. Pero también “existe una idealización del país: Alemania es el paraíso, en Alemania la gente es más inteligente, más trabajadora, toda una serie de mitos”, analiza la profesora argentina.
Dificultades en el aprendizaje
Ahora bien: ¿cuáles son las principales dificultades que encuentran los hispanohablantes a la hora de aprender la lengua de Goethe?
“Cuesta entender la lógica y las reglas del idioma que, en definitiva, son una forma de entender el mundo”, reflexiona en diálogo con DW la profesora del Instituto Goethe de la capital venezolana Ariana Beyer. “También las declinaciones”, agrega. Y “la formalidad”, remarca. “En Caracas no somos formales, nos tuteamos desde el principio, entonces a los alumnos les resulta difícil hablar de esa manera y tratar de usted”, indica Beyer.
“Lo que no me gusta mucho son las palabras a veces muy largas”, se sincera Israel Yáñez Hernández, de Ciudad de México. “La gramática es más difícil de lo que imaginaba. Y no me resultan fáciles las conjugaciones y los artículos”, comparte a su turno Melissa Amor Reyes, también de Ciudad de México.
Con todo, siguen adelante. Porque “puedes conocer a más personas, comunicarte mejor y es muy importante cuando viajas”, destaca Yáñez Hernández. Y por su potencial: “Un mar de posibilidades” lo define Reyes.
Las consecuencias de la pandemia
En tanto, la pandemia global también se ha hecho notar. “En este momento la enseñanza es 100 por ciento virtual”, explica Rafael Deschka. “Dentro de la población que tiene acceso digital, se ha incrementado el estudio del idioma”, sostiene.
“Los Institutos de Argentina, Colombia, Chile y Perú, por ejemplo, no dan abasto de la demanda que tienen”, revela el responsable de los 13 Institutos Goethe de Sudamérica.
Y de aquí a futuro pronostica: “Creo que la forma de aprender cambiará por completo. Vamos hacia formas híbridas, mixtas. Quizá se irá una vez al Instituto y otra vez no”, indica. “Y el encuentro presencial se valorará de una manera más consciente, y se usarán todas sus ventajas y potencialidad”, completa Deschka.
*Alianza DW.